Vocales extraviadas

Intolerancia

Hace días surgió una intensa polémica en redes sociales y en medios de comunicación provocada por la noticia de la liberación de una orden de aprehensión para Gerardo Sosa Castelán, presidente del Patronato Universitario.

Las redes se inundaron de juicios, sentencias y poniendo en duda la existencia de la misma orden.

Pero ante la investigación sobre cuentas de la universidad de Hidalgo y de personas ligadas a esa institución, que realiza la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda (SHCP), la verdadera noticia en esta confusa actividad de internet es que hay un enorme interés sobre el resultado que arrojará dicha búsqueda.

El exrector de la UAEH ha sido objeto de innumerables ataques por parte de enemigos políticos poderosos, incluso en el sexenio del mandatario Miguel Osorio fue declarado como el “Enemigo Público Número Uno”.

Pero esta vez no es un asunto doméstico lo que tiene a Sosa Castelán en la antesala del cadalso político, es una inmensa e increíble fortuna detectada en cuentas provenientes del extranjero, asunto que ya hizo declarar al propio Presidente de la República López Obrador, “no vamos a tolerar actos de corrupción, sea quien sea”.

La federación ha dado mensajes muy claros de que irá hasta el fondo en las investigaciones y descongeló las cuentas a través de las cuales la UAEH paga nóminas y becas estudiantiles, pero por más berrinches públicos del rector Adolfo Pontigo, así como la reciente intervención desesperadade diputados universitarios ante la Secretaría de Gobernación,es claro que no soltará el asunto hasta llegar a una acción penal.

Los casos Lozoya-Pemex y Alonso-Altos Hornos, dejan muestra del grado de determinación que existe en la SHCP en contra de los corruptos.

No festejo la situación de la UAEH, nada que lesione a Hidalgo o sus habitantes me preocupa más. Pero la institución no es propiedad de una persona y su pequeño grupo de incondicionales; el argumento de haber conseguido crecimiento exponencial en matrícula e infraestructura no es válido ante la opresión e imposición que viola el propio concepto de universalidad.

Los tiranos fundamentan sus acciones basándose en el control, no admiten opiniones y menos si son distintas a las suyas. Revisen la historia, los dictadores se deshacen no sólo de quienes los enfrentan, también de los que opinan diferente.

En la UAEH hace mucho que campea la opresión. Basta leer sus boletines donde siempre dedican espacios para insistir en que los universitarios estén atentos a sus medios oficiales de información y remarcan no hacer caso a otros canales.

Sólo ellos tienen derecho a hablar, sólo ellos detentan la verdad. ¿Hay una mayor prueba de intolerancia?

 

Twitter: @bamtorre

                 @vocales_radio

 

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Last modified on Domingo, 02 Junio 2019 22:38