Aguas con el agua

Desde hace algunas semanas, usuarios de diferentes colonias han reportado severos problemas con el suministro de agua, lo que ha ocasionado sobre todo en la zona sur de Pachuca, un descontento generalizado y críticas (cómo cada sexenio) a la Comisión de Agua y Alcantarillado de Sistemas Intermunicipales (CAASIM).

En honor a la verdad, este tema no es noticia, y no lo cito porque el que no sea noticia no quiere decir que sea algo positivo, si no porque se han normalizado las quejas por la falta de suministro, por el mal servicio y en algunas ocasiones por los cobros excesivos.

Sin quitarle responsabilidad a la CAASIM, porque claro que la tiene, al ser una entidad pública al servicio de los ciudadanos que tendría que esforzarse más para mejorar su servicio de manera eficiente e inmediato, es verdad que el problema que atravesamos no es privativo de Pachuca, es más ni siquiera de Hidalgo, es un problema de todo el país, como ejemplo citemos a Nuevo León, que en plena temporada de calor atraviesa el peor problema de escasea de su historia, bueno es más, ni siquiera es un problema solo de México, si no del mundo entero.

Pero regresemos a Pachuca, en donde comenzamos a estar permanente en estado de crisis por el agua, en todos los sentidos, escasea durante la temporada de estiaje o se inunda todo cuando llueve intensamente, entonces el problema se agrava al saber, cómo lo indicó el titular de la CAASIM, Abraham Rublúo para las Vocales Radio, qué hay tuberías que no se han cambiado en más de 60 años y no hay para cuando ante la falta de presupuestos que puedan poner al día nuestras redes de abastecimiento y sistemas de depuración.

Esto aunado a quienes por ignorancia o mala fe, a través de tomas clandestinas roban el vital líquido sin pagar un peso por ello, lo cual, además de ser ilegal, vulnera a quienes si pagan por el servicio y enciende las alarmas sobre la falta de una conciencia colectiva sobre la importancia de cuidar el vital liquido.

Sin querer ser fatalista, el cambio climático y los cambios del uso del suelo podrían agravar aún más los problemas de escasez y aumentar la variabilidad del ciclo hidrológico, cada año qué pasa es más evidente la inestabilidad del clima, lluvias atipicas, calor desbordado por las mañanas, frío incontrolable por las noches, y no, no es que “así sea el clima de Pachuca” o que la bella Airosa sea bipolar, son años y años de una irresponsabilidad social que nos ha llevado a descuidar a la naturaleza, nos ha convertido en su principal enemigo y detractor.

Y si a esto le agregamos la pandemia, que además de cambiar las formas de relacionarnos entre humanos, convirtió al agua en un recurso clave para evitar la propagación del COVID-19 y nos recordó que el líquido se necesita para todo.

En este escenario, hoy más que nunca es urgente hacer un uso racional y eficiente del agua. Si bien la escasez hídrica se ve agudizada por los efectos adversos del cambio climático; también es un hecho que muchas personas hacen un uso desmedido de este elemento.

Un país, un estado, un municipio de ciudadanos responsables y concienciados que se preocupen cada vez más de las consecuencias del descuido y su consumo desmoderado, podría comenzar a ser la diferencia, el tema del desabasto pasa a ser sólo una amenaza de origen natural, sino más bien, se suma la amenaza humana por no saber cuidarla.

El cambio climático es un proceso que se desarrolla de manera paulatina y viene dando señales hace bastante tiempo. Es aberrante que una vez seco el lago, se piense en cómo llenarlo nuevamente, cuando era infinitamente más barato gestionar su uso de manera sustentable.

Es bien cierto que nunca hay recursos que alcancen pero realizar un ambicioso plan de mantenimiento y cambio de tuberías en la zona metropolitana así como un cambio de raíz en las políticas públicas que regulan el uso y explotación del agua, podría cambiar el futuro de desabasto que a todas luces nos espera.

En pocos días arrancan las campañas rumbo a la sucesión gubernamental, el planteamiento de alguno de los candidatos o candidata, es un tema obligatorio para el desarrollo de las políticas públicas del próximo sexenio, es un tema que deberá ser tomado como prioridad por todo lo que desencadena, que no solo es el descontento de la gente si no el futuro comercial, turístico y hasta económico de la zona metropolitana.

Las alertas están encendidas estimada audiencia, le dejó el tema en la mesa, recuerde que usted al final es quien tiene la mejor opinión.