Liderazgo firme en medio de la tormenta 

 

 

Las lluvias torrenciales de hace tres semanas pusieron a prueba no sólo la resistencia de las comunidades hidalguenses, sino también la capacidad de respuesta del gobierno estatal. La emergencia no esperó, y tampoco lo hizo el gobernador Julio Menchaca Salazar, quien encabezó personalmente la coordinación de apoyos, supervisó las zonas afectadas y estableció una ruta clara: atender primero, evaluar después. 

Desde el primer momento, se priorizó lo urgente: salvaguardar vidas, restablecer la comunicación terrestre y garantizar alimentos, refugio y atención médica. En un estado como el nuestro con geografía tan compleja, implicó movilizar maquinaria pesada, abrir caminos en la sierra y coordinar a Protección Civil, el Ejército, la Guardia Nacional y dependencias estatales. La presencia del mandatario en los municipios afectados envió un claro mensaje: el gobierno no está mirando desde lejos, sino al frente de la contingencia. 

La instrucción del Gobernador fue precisa: apoyo sin distinción, transparencia en los censos de damnificados y comunicación directa con los alcaldes. Este enfoque permitió con celeridad, iniciar la entrega de víveres y materiales, así como activar programas de empleo temporal que han dado un respiro a familias que lo perdieron casi todo. Esa rapidez en la respuesta evitó que el desastre se transformara en crisis social. 

En medio de la tragedia, algunas comunidades tardaron en recibir ayuda por la dificultad de acceso o por fallas en la coordinación local. En ciertos casos, la información inicial fue confusa o duplicada. Son fallas que no empañan el esfuerzo general, pero sí marcan la necesidad de fortalecer la logística territorial y los canales de comunicación entre autoridades.  

Lo cierto es que la reacción del gobierno estatal fue contundente. El Gobernador Menchaca supo combinar la presencia diaria con la acción operativa, evitando caer en la parálisis burocrática que a menudo retrasa la ayuda en estos casos.

Su mensaje fue claro: “Primero las personas, luego la reconstrucción”. Y esa frase, más allá del discurso, se tradujo en decisiones visibles. 

El siguiente reto  es mantener el mismo ritmo en la fase de recuperación: reconstruir caminos, viviendas y servicios básicos sin perder la cercanía con la gente. Porque en Hidalgo, el verdadero mérito no estará sólo en haber enfrentado la tormenta, sino en demostrar que el gobierno puede reconstruir con la misma rapidez con la que actuó para proteger.  

Con dirección firme y trabajo coordinado, Julio Menchaca Salazar ha dado una muestra de liderazgo ante la adversidad. Queda el desafío de que la eficiencia mostrada en la emergencia se consolide como una nueva forma de gobernar: cercana, ágil y con resultados duraderos.

 

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Last modified on Lunes, 03 Noviembre 2025 00:08