Morena lidera rumbo al 2030, pero está lejos de definirse  

 

A cinco años de la elección presidencial de 2030, un sondeo reciente coloca a Morena como el favorito indiscutible, con un 36.5% de las preferencias entre los encuestados. Le sigue el PAN con un 25.1%, Movimiento Ciudadano con 16.6% y el PRI con un modesto 8.5%.

En el universo de Morena, Marcelo Ebrard lidera las preferencias como posible candidato con 40.3%, seguido por Omar García Harfuch (32.5%) y Gerardo Fernández Noroña (10.4%). Sin embargo, entre los simpatizantes morenistas, la contienda se aprieta: García Harfuch (30.3%) y Ebrard (29.8%) están prácticamente empatados, con Fernández Noroña (26.3%) no muy lejos. ¿Qué nos dice este termómetro político y por qué importa hoy?

Una ventaja sólida, pero no definitiva

Morena parte con una ventaja significativa, pero no abrumadora. Que el 63.5% de los encuestados no elija a Morena deja un amplio margen para que la oposición, si juega bien sus cartas, pueda disputar el poder. La ventaja de Morena refleja su arraigo actual, pero también su vulnerabilidad: cinco años son una eternidad en política. Escándalos, crisis económicas o un mal manejo del gobierno podrían erosionar ese 36.5%. La oposición, aunque rezagada, no está fuera de la pelea.

El PAN y Movimiento Ciudadano, en particular, muestran que tienen una base desde la cual construir, pero necesitarán estrategias claras, liderazgos renovados y, probablemente, alianzas inteligentes para cerrar la brecha.

La interna de Morena: un polvorín en potencia, la carrera por la candidatura presidencial ya está generando ruido. Que Ebrard lidere en el panorama general, pero que esté casi empatado con García Harfuch entre los simpatizantes, sugiere que la sucesión no será un paseo dominical.

¿Por qué importa ahora?

Este sondeo no es una bola de cristal, pero sí un mapa de navegación. Para Morena, la ventaja actual le da un margen de maniobra: puede permitirse errores, pero no excesos. Su capacidad para mantener la cohesión interna y responder a las expectativas sociales será crucial. Para la oposición, el mensaje es claro: hay terreno para pelear, pero el tiempo apremia. Construir una alternativa competitiva requerirá no solo liderazgos atractivos, sino una estrategia que conecte con sectores desencantados o indecisos. Este escenario sugiere una continuidad potencial en las políticas de Morena, lo que plantea tanto riesgos como oportunidades dependiendo de cómo se gestionen temas clave como economía, seguridad o desigualdad.

Pero hay que tener cuidado con las trampas del sondeo.

No todo es tan claro como parece. La metodología, basada en 2,518 mexicanos con acceso a plataformas de Meta (Facebook e Instagram), introduce un sesgo demográfico. Los encuestados tienden a ser más jóvenes, urbanos y conectados digitalmente, lo que no refleja la diversidad del electorado mexicano. Además, cinco años son suficientes para que el panorama cambie radicalmente. Las preferencias de hoy no garantizan votos en 2030. Factores como campañas efectivas, movilización, coaliciones o eventos imprevistos —desde crisis económicas hasta escándalos— tendrán un peso enorme. Este sondeo es un termómetro útil, pero no una sentencia.

El camino al 2030

Morena parte como favorito, pero no invencible. Su ventaja es un punto de partida sólido, pero el verdadero desafío será mantener la unidad interna y responder a las demandas de una sociedad cada vez más exigente. Para la oposición, el reto es monumental pero no imposible: cerrar la brecha requerirá creatividad, unidad y un mensaje que resuene. Mientras tanto, los ciudadanos y analistas debemos leer estos datos con cautela, sabiendo que la política mexicana es un tablero donde las piezas pueden moverse de formas inesperadas. El 2030 está lejos, y el juego apenas comienza.

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Last modified on Domingo, 26 Octubre 2025 23:04