Pozole, ritual prehispánico de almas guerreras

 

Un platillo de origen azteca rodeado de creencias y rituales de celebración significativa, la palabra "Pozole" proviene del náhuatl "Pozolli" y significa espuma, ya que al momento de preparase el hervor generaba una gran efervescencia. Un ingrediente esencial es el maíz blanco "cacahuazintle" su color simbolizaba para esta civilización la cosmovisión del mundo azteca, asociándolo con una de sus deidades, la Blanca Serpiente de las Nubes "Iztacmizcóatl" que se representaba por un anciano de cabello y barba blanca, se identifica como el antepasado de las tribus errantes del desierto y simboliza la vía láctea sobre el fondo de la obscuridad de la noche.

El otro componente de este platillo era la carne humana, la cual provenía de guerreros que eran sacrificados como ofrendas al sol "un rito que significaba la dualidad permanente de la visión mística de los aztecas: origen y fin, cielo y tierra, día y noche, simbolizado de muchas maneras en su arte, filosofía y rituales: “Quetzalcoatl” que repta-vuela con la serpiente-águila, en su condición terrenal-divina una relación entre lo blanco y el alma del guerrero, ya que este color representa las primeras luces del día cuando el espíritu ya ha resucitado a  lo que ellos llamaban "el vuelo del guerrero sacrificado hacia las alturas".

Los aztecas eran muy apegados a sus creencias religiosas y cultos para honrar a sus dioses, por eso, debían realizar sacrificios humanos, de esta manera sus deidades cumplirían al pueblo sus peticiones, durante las guerras y combates a todos los prisioneros también los ofrecían para satisfacer el hambre de sus creadores. Los prisioneros de guerra eran la ofrenda más preciada, los más valientes y de más alto rango eran un motivo para que los dioses estuvieran complacidos.

Se ha etiquetado durante décadas a este pueblo guerrero de canibalismo, pero es una acepción errónea, esta civilización tenía una extensa y hermosa cosmogonía, por eso era tan importante cumplir con sus asuntos religiosos a cabalidad, la carne, la sangre o los corazones que eran utilizados como ofrenda sólo podían ser consumidos por los sacerdotes de alto rango y por el emperador, todo esto, solo en ocasiones muy especiales, festejos o ceremonias importantes. Los guerreros aztecas que eran sacrificados para elaborar el pozole, eran elegidos por su fortaleza, valor y desempeño bélico, sólo los mejores tenían el gran honor de ofrecer su cuerpo para honrar a sus creadores, así, su alma permanecería por siempre en las alturas, en la eternidad, por eso, el pozole, más que un ritual, era la forma de llegar a sus dioses.

 

 

 

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Last modified on Lunes, 23 Septiembre 2024 00:43